El humo de segunda mano también se conoce como humo de tabaco en el ambiente. Este humo consiste de una mezcla de dos tipos de humo que provienen de la combustión del tabaco.

A pesar de que pensamos que se trata de lo mismo, en realidad no es así. El humo que es emitido al aire desde el extremo encendido de un cigarrillo tiene concentraciones más elevadas de agentes que causan cáncer (carcinógenos) que el humo que el fumador exhala. Además, contiene partículas más pequeñas que el humo que exhala el fumador, lo que facilita su acceso a las células del cuerpo.

Se le llama fumar involuntariamente o fumar pasivamente cuando las personas que no fuman son expuestas al humo de segunda mano. Las personas que respiran el humo de segunda mano reciben la nicotina y otros químicos tóxicos igual que los fumadores. Cuanto más usted se expone al humo de segunda mano, mayor será el nivel de estos químicos dañinos en su cuerpo.

Es clasificado como un «carcinógeno humano conocido» (agente causante de cáncer) por la Environmental Protection Agency (EPA) de los Estados Unidos, el US National Toxicology Program y la International Agency for Research on Cancer (IARC), una subsidiaria de la Organización Nacional de la Salud. Tanto un fumador activo como un fumador pasivo sufren las consecuencias de la exposición a este humo.

El humo del tabaco contiene más de 7,000 compuestos químicos. Se sabe que más de 250 de estos químicos son perjudiciales y más de 60 causan cáncer.

Fumar pasivamente reduce la inmunidad de una persona. Quienes están en contacto con el humo de cigarrillo constantemente tienen más probabilidades de enfermarse. Se han detectado muchos casos de cáncer relacionados al humo del cigarrillo en no fumadores. El cáncer de pulmón es uno de los principales y los cancerígenos presentes en el tabaco tienen mucho que ver con su formación.

En el fumador pasivo también se encuentran usualmente úlceras estomacales. Esto se debe a la rotura del tejido del estómago, que se produce por la mayor producción de ácido estomacal debido a los cancerígenos que entran al cuerpo a través del humo del cigarrillo.

El humo de segunda mano afecta la circulación general de la sangre en el cuerpo del fumador pasivo. El flujo de sangre disminuye en las extremidades del cuerpo, como los dedos de los pies y los dedos de las manos. Uno de los síntomas principales y más evidente en los fumadores pasivos es la irritación de los ojos y de la nariz.