«Más de 700 españoles mueren al año por la exposición involuntaria al humo del tabaco», afirma el especialista de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Miguel Barrueco. Estas muertes afectan sobre todo a profesiones determinadas, debido a que trabajan en lugares donde la ventilación y el aire acondicionado no funcionan como deben. «Los sistemas de aireación aumentan el problema, pues los aparatos enfrían el humo, pero no lo eliminan», apunta el neumólogo.
Estar una hora en un sitio cargado de humo de tabaco equivale a fumarse unos tres cigarrillos. Con lo que «si se está ocho horas en una habitación con fumadores es como si se consumiera una cajetilla entera», añade este experto.
Los profesionales más afectados son los camareros que trabajan en bares, restaurantes, cafeterías y pubs, ya que pasan muchas horas expuestos al humo de los fumadores. El 40% de las personas que no fuman tienen que respirar aire contaminado al menos una hora al día. De estos, un 12% puede estar hasta ocho horas.
Estas cuestiones que afectan a un gran número de ciudadanos ha calado hondamente en la sociedad. El problema que padecen los fumadores pasivos, quienes obligatoriamente tienen que trabajar en un ambiente contaminado, ha llegado a su fin con el decreto de ley que entrará en vigor en el año 2006. Aunque realmente es la propia sociedad la que ha demandado un cambio en este aspecto, por ello numerosas empresas han decidido -o bien por iniciativa de los directivos o por petición de los contratados- prohibir que se fume en el lugar de trabajo.
Empresas mejores
Con esta medida, señala el doctor Barrueco, «se consigue un ambiente laboral más cómodo que mejora la productividad», además, añade, «se protegen la infraestructuras del desgaste que provoca el humo y se mejora la imagen corporativa de la empresa».
El consumo de tabaco perjudica a muchos sectores y personas. Así, las embarazadas que hayan sido fumadoras presentan mayor riesgo de sufrir un aborto espontáneo, nacimiento prematuro y una mayor probabilidad de muerte del niño en la etapa perinatal.
«Muchos hijos de padres fumadores tienen mayor riesgo a padecer enfermedades respiratorias (asma y otitis)», afirmó Barrueco. «Los niños que empiezan a fumar pronto o conviven con fumadores presentan un peor estado de salud», añadió.
Respecto a los adultos, el aire contaminado por el humo tabaco es un inductor al cáncer de pulmón. La personas que durante la jornada laboral aspiran este humo sufren el doble del riesgo de las que no están expuestas. Pero el tabaquismo pasivo también puede provocar otras afecciones, como problemas cardiovasculares y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. El próximo mes de noviembre se celebrará el congreso del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo en Salamanca, donde se abordarán todos los problemas que existen en torno a esta cuestión.