MADRID. El responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, anunció ayer que se irán endureciendo las penas en materia de seguridad vial, en la línea de la reforma del Código Penal que entrará en vigor el viernes. El castigo será de pena de prisión de tres a seis meses, multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. En cualquier caso, establece la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a un año, y hasta cuatro años.

Este endurecimiento de penas, advierte Pere Navarro, «no es el final, sino sólo el principio de que, posiblemente, veremos a lo largo del tiempo cómo poco a poco van endureciéndose algunos temas relacionados con la seguridad vial».

La reforma del Código Penal y la posibilidad de ir a la cárcel si se conduce bajo la influencia del alcohol o drogas «responde a una demanda social» y es «coherente» con las campañas de prevención de consumo de alcohol asociado a la conducción», señaló el director de Tráfico en la presentación de una de estas campañas en el Ministerio de Sanidad.

Este objetivo ya formaba parte del Plan Especial de seguridad Vial para 2004 que el Gobierno del Partido Popular aprobó en Consejo de Ministros el 13 de octubre del año pasado.

Entre las otras novedades que entrarán en vigor el próximo viernes se encuentra la de que un conductor no pueda utilizar ninguno de los permisos de conducción de que disponga si se le ha retirado uno de ellos. Anteriormente sólo se retiraba el permiso del vehículo con el que se comete la infracción, y el conductor podía seguir circulando con otro tipo de vehículo.

La reforma del Código Penal también establece sanciones y penas para los que utilicen vehículos robados, ya que hasta el 1 de octubre sólo se penalizaba a los que robaban coches, pero no a los que hacían uso de ellos.

Otra de las modificaciones hace referencia a la conducción temeraria. Así, el que condujera un vehículo a motor o cilomotor con «temeridad manifiesta» -conducir a grandes velocidades bajo los efectos del alcohol o de drogas- y pusiera en concreto peligro la vida o la integridad de las personas, sería castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años.

Para dar a conocer estas nuevas normas, la DGT incluirá información sobre la reforma legal en sus cuñas radiofónicas.

Controles del verano

La Dirección General de Tráfico hizo públicas ayer las cifras resultantes de los controles de alcoholemia realizados durante el verano. Según estos datos, el 32,7 por ciento de los conductores víctimas de accidentes de tráfico presentaban niveles de alcohol en sangre superiores a lo permitido, y el seis por ciento de ellos tenían además presencia de drogas o sustancias tóxicas.

Entre julio y agosto de este año se realizaron un 45 por ciento más de controles de alcoholemia que en el verano de 2003, cuando hubo unos 370.000. La tasa de alcoholemias positivas fue del 2,5 por ciento, es decir, unos 16. 000 conductores ebrios, mientras que en el verano de 2003 la tasa se elevó al 3, 9 por ciento. Pere Navarro anunció también que en diciembre se repetirá la campaña de más controles de alcoholemia durante las vacaciones navideñas.