La Iglesia católica argentina ha advertido que es «cada vez más grave» el consumo de estupefacientes en la Argentina , por lo que reclamó «políticas públicas» para enfrentar esta problemática, en el marco de la presentación de una campaña de sensibilización sobre la adicción a las drogas.

«El flagelo de las drogas se expande como una mancha de aceite, pero afecta especialmente a los más pobres», alertó el obispo Jorge Lozano, titular de la Pastoral Nacional de Drogadependencia, de la Conferencia Episcopal Argentina.

El prelado insistió en reclamar «políticas públicas» sobre esta problemática, a la que consideró «cada vez más grave», y en exigir a los gobiernos provinciales hospitales con servicios de desintoxicación. «En las provincias nadie se hace cargo de los adictos, y son cada vez más necesarios servicios accesibles y con personal capacitado», aseveró Lozano.

Horacio Reyser, otro miembro del organismo eclesiástico, aseguró que «el policonsumo, es decir una misma persona que consume distintas sustancias tóxicas, es cada más frecuente en el país», y recordó que un 10% de los argentinos es consumidor de algún tipo de estupefaciente.

Asimismo, precisó -citando estadísticas de Naciones Unidas- que el consumo de drogas en el país aumentó «diez veces» en la última década, y advirtió que el 15% de los alumnos del nivel medio consume marihuana, cifra que alcanza el 30 en el Gran Buenos Aires .

La campaña de sensibilización «Entrar en la droga es mucho más fácil que salir», realizada en colaboración con el Consejo Publicitario Argentino (CPA), se presentó en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina, en el barrio porteño de Retiro. La iniciativa consiste en piezas publicitarias para radio, televisión, gráfica y vía pública con el objetivo, se explicó, de «reflejar y comunicar las verdaderas dificultades que se comienzan a transitar cuando se ingresa al mundo de las sustancias tóxicas». También busca, se precisó, «manifestar la desesperación, el adormecimiento y las diferentes trampas que inducen a las drogas».

Ante la problemática de las adicciones, la Iglesia puso en marcha en 2007 una serie de estrategias pastorales, sobre la base de la educación y la prevención, tendientes a «construir una verdadera red social para enfrentar solidariamente el flagelo de las drogas».

En esta línea, en noviembre de 2010 presentó la edición argentina del texto «Iglesia, droga y toxicomanía – Manual de Pastoral», elaborado por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, del Vaticano. Ese compendio ofrece pautas para reconocer a un joven con problemas de adicciones y acompañar a las familias, además de advertir sobre «el peligro» de legalizar el consumo de drogas.