La Comisión, que forma parte del Consejo Económico y Social de NNUU, celebra esta semana en la capital austríaca su reunión anual, con la asistencia de las delegaciones nacionales y de otras organizaciones invitadas.

En la sesión de este martes, moderada por el director del Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el Sida (ONUSIDA), el belga Peter Piot, tanto los delegados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unión Europea (UE), como la gran mayoría de los representantes nacionales defendieron los denominados programas de «alivio del dolor» como medio para reducir el riesgo de transmisión de la letal enfermedad entre los usuarios de drogas intravenosas.

No fue el caso de EEUU, que volvió a insistir en que esos programas, que suelen incluir también el suministro de metadona y que ya se practican en muchos países, no pueden suponer la expansión o facilitación del consumo de drogas.

El lunes, el director de la Oficina de Control Nacional de Drogas de EEUU, John Walters, ya había afirmado que su administración no cree «que la liberalización del uso de la droga solucione nada».

Mientras, «Human Rights Watch» mostró en una carta abierta su «preocupación ante los esfuerzos de EEUU para obligar a la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (ONUDD) a retirar su apoyo a programas de recambio gratuito de jeringuillas, el suministro de metadona y otras medidas que han demostrado ser eficaces».

En la carta, firmada también por otras 300 ONG de 56 países, se especifica que «los acontecimientos más recientes apuntan a que EEUU está instando a la ONUDD a que retire su apoyo a estrategias de prevención del VIH de demostrada eficacia».

La misiva destaca que «las estrategias que simplemente buscan fomentar la abstinencia de las drogas no son una alternativa aceptable a programas, tal como el recambio gratuito de jeringuillas, que ayudan a los consumidores de drogas en activo a protegerse del VIH y el Sida».

«La experiencia ha demostrado que los esfuerzos de contención de las drogas basados en la «tolerancia cero» pueden tener el efecto de alejar a los usuarios de drogas por vía intravenosa de los tratamientos de desintoxicación y demás cuidados sanitarios», se lee en la nota de «Human Rights Watch».

Los documentos de trabajo de la ONU en la reunión de hoy establecen que en todo el mundo existen 13 millones de personas que consumen drogas intravenosas, la más utilizada de ellas, la heroína, cuenta con nueve millones de adictos, en su gran parte en Asia Central, Europa, el sur y el sureste de Asia.

También se establece que en 2004 existían en el mundo 39,4 millones de personas con Sida, 17,6 millones de ellos mujeres y 2,2 millones menores de edad.