El exceso de ocio y tiempo libre puede favorecer el consumo de drogas entre los jóvenes. Esta fue la principal conclusión del Foro Luis de Carlos que bajo el título «Por una vida deportiva frente a las drogas», ha sido impulsado por la Fundación Real Madrid y Proyecto Hombre.

Según la delegada del Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, el deporte es una «opción preventiva» como sustitutivo de la drogadicción. Moya destacó que las drogas más consumidas siguen siendo la heroína y la cocaína pero que se mezclan con drogas más «blandas» como el alcohol o el cannabis.

«Hay que evitar que los jóvenes se inicien en el consumo de drogas, pero igual de importante es ayudar al que ya se ha iniciado a reengancharse socialmente», advirtió la delegada del Plan Nacional sobre Drogas.

Por su parte, el juez Baltasar Garzón coincidió con esta opinión al destacar a los deportistas, y los futbolistas en particular, como modelos a los cuales siguen multitud de jóvenes y que deben adoptar formas de vida que fomenten el deporte y los buenos hábitos, «ya que si un ciclista se dopa o un jugador adopta actitudes violentas, multiplicará la respuesta negativa en la sociedad».

«El deporte se debe utilizar como modulador del tiempo libre», señaló Garzón. A su parecer, «los deportistas funcionan como líderes, los profesores como canalizadores y la propia familia como instrumento de implantación de esos valores». En este sentido, destacó que el deporte y la Fundación Real Madrid en particular, «atrae a los jóvenes a seguir a sus ídolos».

Por otra parte, el presidente de Proyecto Hombre, Jesús Hernández subrayó que los jóvenes se inician en las drogas cada vez más pronto. «La edad inicial de consumo de drogas legales es de 13 ó 14 años mientras que la de drogas ilegales es de 15 ó 16», destacó Hernández, quien matizó que aunque «no se ha podido aún derrocar este cáncer social, sí que ha habido muchas victorias».

Todos los ponentes destacaron la importancia de no presentar una imagen del consumidor de drogas como alguien a quien la sociedad acepta. El perfil del consumidor «ya no se asocia con el marginado, sino con el adinerado y el que más liga, algo que se debe cambiar radicalmente», alertaron.