El Gobierno pidió ayer a las autoridades municipales y autonómicas que no fomenten las macrofiestas tras la muerte de dos jóvenes por consumir presuntamente droga sintética en una fiesta de música electrónica celebrada en Málaga, cuyos organizadores culparon a la Policía de que se superase el aforo.

El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, justificó la petición en que en estas fiestas se combina un determinado tipo de música con el alcohol y las drogas, y consideró que lo ocurrido en Málaga debe ser tomado «como una verdadera llamada de aviso».

La muerte de los dos jóvenes ha llevado al Ayuntamiento de Málaga, propietario del Palacio de los Deportes en el que se celebró la fiesta, a tomar la decisión de que no se celebren más espectáculos de este tipo en el recinto, y a que otras instituciones adopten medidas similares.

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Así, el alcalde de Plasencia (Cáceres), José Luis Díaz, anunció ayer que el Ayuntamiento que preside «no facilitará y prohibirá en la medida que pueda» la celebración de macrofiestas de música electrónica, y apeló a la responsabilidad de otras administraciones para que tomen medidas en este sentido.

Por otro lado, los organizadores de la fiesta celebrada en el Palacio Municipal de los Deportes de Málaga sostienen que no tienen responsabilidad en la muerte de los jóvenes porque la droga no se distribuía dentro del local «sino fuera», aspecto que «tiene que controlarlo la Policía», según manifestó el abogado, Héctor González.

En la fiesta, a la que asistieron unos 14.000 jóvenes pese a que el pabellón tiene una capacidad de 8.000 personas, se superó el aforo porque «la Policía ordenó abrir las puertas» y al hacerlo «todo el mundo entró, incluso gente que no tenía entradas», según el letrado.