Las marcas baratas de tabaco triunfan en España. Mientras que las marcas premium y de precio medio han rebajado su cuota en los últimos años, las de menor precio no han hecho más que aumentarla. Las firmas de precio bajo, entre 2,30 euros y 2,50 euros, son las que mayor parte de mercado ocupan con un 38,40% del total (35% en 2000), y junto con las de precio inferior (menor o igual a 2,30 euros), 17% del mercado, suman ya el 55% de participación, según datos actualizados del Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT). Éstas últimas ya rozan a las segundas marcas más consumidas en España, las premium (más de 2,70 euros), gracias a su gran avance en los últimos años (en 2000 tenían una cuota del 3,8%).
Marcas como Pall Mall (British American Tobacco), Ducados Rubio y JPS (Imperial Tobacco-Altadis) y Next y Basic (Philip Morris) tienen cada vez más aceptación entre el público español con bolsillo empobrecido. Está claro que fumar es cada vez más un lujo, pero a pesar de ello la población no renuncia a ello, suba o baje su precio.
Por ello, fuentes de diversas empresas del sector coinciden en opinar que aunque el consumo es cada vez menor, la crisis no les afecta demasiado. “Mientras el número de turistas sea el 20% superior al de habitantes del país, mientras las estructuras de negocio conjugen la falta de ingresos con una gestión más eficiente de los gastos, y mientras podamos poner nuestros precios, las empresas gozamos de una cierta estabilidad”, afirma el representante de una tabaquera ubicada en España, opinión en línea con la del resto del mercado. Incluso, a pesar de ser una medida negativa para el sector, la prohibición que existe desde 2006 de hacer publicidad con marcas de tabaco ha beneficiado a estas empresas, ya que pueden destinar las partidas de márketing a otros apartados.
Mercado estable
Y es que en España todavía sigue siendo barato fumar, si se compara con el resto de países de la Unión Europea, ya que aquí se goza de los precios más bajos del continente. Por ello, los turistas fronterizos no dudan en coger un avión o venir en coche para llevarse tabaco hasta tres veces más barato que en su país, como ocurre, por ejemplo, con los visitantes ingleses o con los franceses.
Por ello, las ventas de tabaco se siguen manteniendo en España, de tal forma que en 2008 crecieron el 1,93% en volumen, hasta 5.732 millones de unidades, mientras que en valor subieron el 4,7%, hasta los 12.365 millones de euros, según datos de la Asociación Empresarial del Tabaco (AET). Estas cifras suponen también un balón de oxígeno para el Estado, que en 2008 experimentó un incremento de la recaudación por los tasas del tabaco del 4,5%, hasta los 9.268 millones. “Somos el sector que más impuestos aportamos al Gobierno, incluso más que las bebidas alcohólicas y los hidrocarburos”, comentan desde una empresa.
Aproximadamente, las cuatro quintas partes del precio de una cajetilla corresponden a impuestos (los especiales no pueden suponer menos del 57% del precio final) y al IVA. En datos del 2008, la carga fiscal de los cigarrillos en España se sitúa como media en el 77,63% del precio de venta al público, aunque resulta variable en función de cada marca.