El catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra, Rafael Maldonado (Cádiz, 1961), habla en el Foro La Región sobre ‘¿Qué hacen las drogas en el cerebro?’.

¿Cuál es el principal mensaje que tratará en su ponencia?

– Explicaré qué es lo que hacen las drogas en el cerebro, para demostrar que cada una de ellas actúa de forma diferente aunque todas llegan al mismo circuito cerebral de recompensa, iniciando así la conducta adictiva.

¿Es preocupante el consumo de drogas en España?

– En la última década el consumo ha aumentado de forma considerable y ahora parece que se ha tocado techo. Las últimas estadísticas del Plan Nacional de Drogas constatan un incremento de consumo, de forma que en 2007 España llegó a liderar a nivel mundial el consumo de cocaína, desplazando a países como Estados Unidos, lo que me parece dramático.

¿Ha disminuido el consumo de cannabis con la aparición de las drogas de diseño?

– El porcentaje de consumo de cannabis sigue siendo elevado principalmente en los jóvenes, debido a la disminución de la percepción de riesgo de dicha sustancia. El cannabis es la droga ilegal más aceptada pero no podemos en ningún caso hacer clasificaciones de drogas más duras o débiles, pues todas afectan al cerebro sin distinción.

¿De qué depende el daño cerebral que produce cada sustancia?

– De varios factores, desde la calidad de la droga hasta la forma de consumo y las condiciones corporales y psíquicas de cada individuo. Todos estos factores unidos son también los que determinan el nivel de adicción del consumidor, aunque el riesgo es totalmente inherente e impredecible, pues desconocemos nuestra vulnerabilidad individual y si vamos a desarrollar o no la enfermedad de la adicción.

¿Qué consecuencias negati vas destacaría por el consumo?

– Hay consecuencias sociales e individuales. A nivel personal las drogas merman la capacidad intelectual y motora del individuo, haciendo que éste viva para consumir. La droga tiene un gran impacto en múltiples temas sociales, como la siniestralidad laboral y accidentes de tráfico, el rendimiento escolar y universitario, los costes sociosanitarios e incluso en la violencia machista. Hay que recordar que uno de cada tres individuos que están en la cárcel es por la culpa de las drogas. Deberíamos concienciar a la población de que todas las drogas son peligrosas, y de que el hecho que una sustancia sea natural, no quiere decir que sea menos peligrosa o menos venenosa.

¿Son las drogas legales como el alcohol o el tabaco menos dañinas que las ilegales?

– El tabaco y el alcohol causan graves consecuencias, pues nuestro organismo no diferencia entre sustancias legales o ilegales. Nuestro organismo cuando llega una droga produce un efecto totalmente independiente a las clasificaciones de sustancias.

¿La crisis ha aumentado el consumo de estupefacientes?

– Sí. Ya hay datos que demuestran que hay una incidencia en el consumo de las drogas de menor coste, como puede ser el caso del alcohol. El problema es que la accesibilidad y el componente emocional que tiene el individuo afectado por la crisis. La tendencia es que las personas con adicciones en época de crisis buscan las sustancias más económicas y de menos calidad, provocando un daño mayor.

¿Se debe hacer una mayor labor informativa para prevenir el riesgo adictivo?

– Sí, pero también para que la sociedad vea al adicto como un enfermo y no de una forma despectiva como hasta ahora. El ejemplo más claro es que cuando se abre un nuevo centro para tratar una enfermedad los vecinos de la zona se ponen muy contentos, siempre y cuando no sea un centro para tratar adicciones porque surgen las protestas. Los españoles ven las adicciones como un vicio y no como una enfermedad mental.