Cada día unas 300 personas mueren y otras 300 pasan a engrosas las listas de discapacitados como consecuencia de enfermedades provocadas por el consumo de tabaco. Por este motivo, médicos y pacientes se han puesto de acuerdo en el primer consenso sobre prevención y tratamiento de tabaquismo en el que piden, entre otras cosas, la financiación del tratamiento de deshabituación tabaquíca.

Es la primera causa de enfermedad y mortalidad evitable, responsable de la muerte de más de 300 personas al día y de que otras 300 pasen a integrar las listas de discapacitados cada 24 horas. Estas cifras han hecho que el tabaco ponga de acuerdo a médicos y pacientes en el primer documento de consenso sobre la prevención y tratamiento del tabaquismo, presentado la semana pasada en Madrid, en un acto que se enmarcó en la celebración del “Año Separ 2007 para la prevención y tratamiento del tabaquismo”.

Según Juan Antonio Riesco, representante de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, los numerosos aspectos que han hecho posible este consenso y que se recogen en un decálogo elaborado por profesionales médicos y pacientes se resumen en que “el tabaco es una enfermedad adictiva crónica, su consumo daña el 90 por ciento del cuerpo y el tratamiento disponible es eficaz y coste-efectivo, y debería ser financiado por el sistema sanitario público”.

En este sentido, pese a que la entrada en vigor de la ley antitabaco ha iniciado una tendencia a la baja del consumo de cigarrillos, tanto para las asociaciones de pacientes con patologías producidas por el consumo de tabaco como para las sociedades médicas encargadas de tratarlas, hay aspectos que esta norma no refleja. Según Gumersindo Rodríguez, de la Federación de Laringectomizados y Asociaciones sin Humo, “está prohibido vender productos en los que no se especifiquen todos sus componentes, así como productos adulterados, pero el tabaco se vende adulterado por más de 4.000 productos”, señala.

Tratamiento

Uno de los aspectos más destacados de este documento es la reivindicación de la financiación de los tratamientos de deshabituación tabáquica. La terapia sustitutiva con nicotina a través de parches, chicles o comprimidos para chupar y de nuevas aplicaciones de esta terapia como el método de Reducción Hasta Dejarlo, está reconocida como tratamiento farmacológico de primera línea y se ha utilizado durante años con éxito en el tratamiento del tabaquismo.

Entre las novedades en el manejo de esta adicción destaca la vareniclina, un fármaco que actúa sobre los receptores nicotínicos de las neuronas del sistema nervioso central, controlando la ansiedad causada por el tabaco, los síntomas del síndrome de abstinencia y los efectos que la nicotina produce sobre el receptor. Este fármaco fue aprobado recientemente por las agencias americana y europea del medicamento y está disponible en nuestro país desde enero de este mismo año.

Entre las propuestas de financiación para el tratamiento del tabaquismo que recoge el documento destaca la de incluirlo en los sistemas sanitarios públicos para las personas con patologías producidas por el tabaquismo y cuya progresión puede revertirse o detenerse dejando de fumar, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la patología cardiovascular o el cáncer con perspectivas de remisión. Del mismo modo, según el texto, deberían ser susceptibles de tratamiento financiado tanto los pacientes con enfermedades no producidas por el tabaco que se ven agravadas por su consumo, como ocurre con el asma o la diabetes; como los fumadores con alta dependencia a la nicotina. A estos grupos se añadirían también las personas con patologías psiquiátricas y a aquellas con bajos recursos económicos que manifiesten un serio deseo del abandono de la adicción al tabaquismo.